La intención de esta columna no es asustarte, pero sí la de aconsejarte con algunas pistas cotidianas de cómo podés manejarte mejor con la tecnología. Hecha esta advertencia, sería bueno que comiences a familiarizarte con un concepto que puede parecer muy ajeno pero que puede estar afectándote sin que lo sepas.

Los “stalkerwares” son programas que se instalan en nuestros teléfonos y que pueden recabar información de forma imperceptible, datos como tus contactos, tu ubicación, conversaciones, archivos, llamadas y todo aquello que consultás en tu navegador. Todo de forma ilegal y por fuera de los permisos que otorgan Android o IOS. Estos sistemas no tienen control sobre el teléfono en sí, pero todo el tiempo están enviando datos privados, en segundo plano, a una persona que ha tenido la intención de espiar el dispositivo en cuestión. De allí viene justamente su nombre y más que espionaje, el concepto hace referencia más bien al acoso que puede estar sufriendo la víctima de dicha práctica.

“En determinadas circunstancias, la tecnología digital puede ser utilizada por actores inmorales como parte de una campaña más amplia de abuso doméstico. Esto puede consistir en que uno de los miembros de la pareja utilice aplicaciones conocidas colectivamente como ‘stalkerware’ para seguir el paradero de su pareja, las interacciones y el uso de Internet de su pareja”, explica Kaspersky Lab, un centro de investigación de la empresa que comercializa un conocido antivirus. Dicha entidad, presentó el año pasado el informe “Acoso Digital en las relaciones”, en el que detalló más de 21.000 casos alrededor de todo el mundo, incluyendo Argentina, entre otros países.

Según el reporte, la instalación de estos programas espías en las relaciones de pareja es una práctica más extendida en países como la India (45%), Malasia (31%) y China (27%), lugares que ocupan los primeros puestos entre los encuestados por pensar que está bien vigilar a las parejas íntimas sin que lo sepan. En Argentina, el porcentaje de personas que respondieron afirmativamente fue del 5%. La mayoría de las víctimas de esta práctica son, evidentemente, las mujeres.

A pesar de que Argentina muestra un bajo valor sobre este tipo de acoso, el datos que sobresale según los especialistas de Kaspersky es que más del 50% de los argentinos no sabe qué es el “stalkerware” y además no podrían reconocer si son o si fueron acosados digitalmente. Por lo tanto, ignoran por completo cómo protegerse. El programa digital en realidad es la herramienta de la práctica del acoso y la instalación del mismo tiene que ser ejecutada por una persona en particular, ya sea un familiar, cónyuge o pareja de la víctima. Es decir, no existen actos involuntarios o accidentales en esta práctica, como podría ocurrir en otro tipo de delitos digitales más frecuentes.

Por este motivo, los especialistas de Kaspersky advirtieron sobre los riesgos que puede conllevar el compartir contraseñas y dispositivos en el ámbito familiar, o bien compartir servicios en la nube. En otros casos más severos, existe un consentimiento entre las personas para instalar un software de seguimiento, con niveles que llegan al 34% en los casos de las víctimas de ciberacoso.

¿Cómo hacer para detectar “stalkerwares”? Lo primero que afectan estos programas -además de la intimidad- es el rendimiento del teléfono, ya que el espionaje está en funcionamiento todo el tiempo. El equipo puede volverse más lento o consumir más batería. También pueden aparecer nuevas configuraciones, íconos o aspectos visuales, como así también publicidades invasivas. Finalmente, estas aplicaciones necesitan de más datos de internet, por lo tanto, el consumo puede variar sorpresivamente.

El informe de Kaspersky finaliza con algunas recomendaciones que deberían realizar aquellas personas que sospechan que están siendo víctimas de acoso digital y las más importantes son: proteger el teléfono con una contraseña segura y nunca compartirla, cambiar la contraseña ante la sospecha de estar sufriendo acoso, descargar aplicaciones solo de fuentes oficiales como Google Play o App Store, instalar programas de seguridad o de escaneo para proteger al dispositivo, no apresurarse a eliminar el “stalkerware” si lo encuentra en el dispositivo, ya que el abusador puede notarlo y siempre denunciar dicha práctica ante las autoridades.